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Hay una raza de perros cuyos integrantes no son capaces de ladrar. No saben porque no pueden. Al parecer la estructura de su sistema fonador no se lo permite. De modo que, paradójicamente, el basenji, uno de los perros más antiguos del mundo, es incapaz de emitir el sonido más característico de los perros: el ladrido.
En realidad, el perro basenji (a quien algunos denominan “perro mudo”) emite un sonido más parecido al aullido del lobo. Al escucharlo se diría que llora o se lamenta por algo. A mucha gente, incluso, el sonido que produce le recuerda… ¡a un canto tirolés!
Esta particularidad tiene su explicación en la morfología de sus cuerdas vocales, muy parecidas a las que se han hallado en perros primitivos o las que poseen primos hermanos de raza, como los dingos o los lobos.
Otro aspecto irónico de los basenji es que no solo no ladran sino que en muchos aspectos se comportan como gatos. Tienen un carácter muy independiente, ejercitan prácticamente el mismo ritual de aseo que ellos y, al igual que a los felinos, no les gusta demasiado el agua.
El basenji es originario del centro de África. Usado en un principio como perro de caza y de rastreo, se pueden contemplar representaciones de su figura en imágenes del Antiguo Egipto.