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Quienes no somos capaces de imaginarnos la vida sin perro, lo tenemos claro: nuestro perro nos da la vida. Muchos perrófilos como nosotros, sin embargo, tenemos amigos o conocidos que no dan crédito a nuestra pasión. ¿Cómo es posible experimentar sentimientos tan profundos por los animales?
Bien, en HANNIKO, lejos de tratar de evangelizar a quien aún no ha tenido la suerte de compartir la vida con una mascota, hemos aprendido a responder de modo conciso a todo aquel que nos pregunta cómo es posible compartir la vida con tres perros tan diferentes: porque nos hacen felices.
Ya lo sabíamos
Pero un estudio realizado en la Universidad Miami (que se llama así aunque esté en Ohio y no en Florida) certifica científicamente por qué tener un perro te ayuda a ser feliz:
1. Los perros mejoran nuestras relaciones humanas
De este estudio se extrae una estadística que dice que las personas con perro son mucho más extrovertidas. ¿Te identificas? Quizá no se pueda generalizar, pero desde luego tener un perro suele implicar charlar con él y con el resto de dueños de perros del barrio. Si eres del ramo huraño, que sepas que está en tu mano ser un poco más sociable y cambiar tu destino.
2. Nos ayudan a combatir el estrés
Se ha demostrado que el mero hecho de pensar en nuestro perro nos genera endorfinas. Las endorfinas son los neurotransmisores responsables de nuestra sensación de bienestar. Logramos que aparezcan con el deporte, con el sexo, con el humor y el amor… y, por supuesto, disfrutando de la vida diaria con nuestro perro.
3. Aumentan nuestro buen humor
Precisamente una buena ración de endorfinas nos pone de buen humor. El buen talante es una forma más atractiva de enfrentarse al mundo que el ceño fruncido, ¿verdad? Observar la vida con una perspectiva positiva nos hace sufrir menos y ver el lado positivo de las cosas. Recomendación: en un pico de preocupaciones, observa a tu perro. Seguramente te lo encontrarás pendiente de ti, mirándote fijamente con una sonrisa y moviendo la cola. Disfruta el momento y enfrenta tus problemas desde otro punto de vista.
4. Contribuyen a que hagamos ejercicio
Es un círculo vicioso. Si disfrutas de la vida con tu perro, tu perro también la disfruta. Eso significa que jugáis y paseáis varias veces al día. Esa mínima actividad, además de tonificar tu cuerpo, también activa tu cerebro. Exacto. De nuevo aparecen las endorfinas y el resto de neurotransmisores del buen rollo. Lo que nos lleva a otra verdad irrefutable:
5. Nos convierten en seres más saludables
¿Sabes que los que tenemos perros vamos menos al médico? Estar sano es un compendio de muchos hábitos saludables: comer bien, dormir bien, hacer ejercicio, etc. Y como la salud mental está directamente relacionada con la física, este estudio argumenta que el hecho derivado de tener perro ayuda a controlar la tensión arterial y el colesterol. En consecuencia, tener perro reduce el riesgo de padecer patologías cardiovasculares. Hala.
6. Combaten nuestra soledad
Tener perro es un remedio infalible contra la soledad. A pesar de hacernos sentir protagonistas de su amor, no nos dejan que nos hundamos en nosotros mismos. Siempre están ahí, creando una sensación de pequeña familia hasta en las personas más solitarias.
7. Nos hacen más responsables
Ah, eso sí. Un perro implica una gran responsabilidad. Muchas personas cuentan que tener perro antes de ser padres les ayudó en la noción de responsabilidad cuando llegó el bebé. Un perro se merece todos nuestros cuidados: alimentación, médico, ocio, ejercicio… Hay que tenerlos en cuenta siempre, incluso cuando hacemos planes para irnos de vacaciones, por ejemplo.
Así que ya no hay duda. La pregunta tiene una respuesta muy simple: ¿quieres ser feliz? Entonces ten un perro. Acércate al refugio o protectora más cercana y adopta uno. Habrás empezado a vivir una vida perra de las buenas. Y nos alegraremos por ti.
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