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A veces las excusas para no tener un perro son la suciedad, el pelo o el polvo que los animales pueden aportar a los hogares. Si bien es cierto que una cuidada higiene es importante en nuestras mascotas, un informe de la universidad sueca de Upsala afirma que tener un perro durante la infancia reduce el riesgo de padecer asma y otras enfermedades respiratorias.
Al parecer, el contacto con un perro a edad temprana favorece que el sistema inmune del niño esté preparado de la mejor forma posible para enfrentarse a los potenciales riesgos del pelo de los perros, e incluso a otros factores alergénicos típicos de nuestros mejores amigos.
Así que, ahora que ya no hay excusa, acércate al refugio o protectora más cercana y elige un perro para tus hijos. Jamás te arrepentirás.