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Una amiga de HANNIKO nos contó un día una anécdota, relacionada, por supuesto, con la vida con su perro. Resulta que un día ambos estaban mirándose fijamente. Ella, entonces, le dijo a su perro:
-A veces tengo la impresión de que sabes hablar, pero que no te animas a hacerlo porque temes que se lo cuente a todo el mundo y me haga millonaria. ¿Verdad que sí? Vamos, ahora no hay nadie por aquí. Dime algo, que te prometo que no te vendo a ningún circo. Quedará entre nosotros.
Entonces su perro, tras una pausa, abrió la boca dispuesto a decir algo… pero se lo pensó mejor. Negó con la cabeza y se alejó de allí dando saltitos.
Estamos seguros de que esta situación ha sido experimentada por multitud de dueños de mascotas. “A mi perro solo le falta hablar” se oye a menudo por ahí. Pues bien, que hablen no podemos asegurarlo, pero que comprenden palabras es un hecho científico comprobable gracias al profesor Stanley Coren, de la universidad canadiense de British Columbia.
En su estudio, este psicólogo canino determinó que los perros pueden desarrollar la capacidad intelectual de un niño de dos años, lo que les permite resolver problemas complejos… aritmética incluida. Por ejemplo, algunos perros son capaces de detectar el error en la suma 1+1=3.
A todos nosotros nos obedece nuestro perro cuando les decimos que vengan, que se sienten o les hacemos llegar comandos parecidos. Este estudio, sin embargo, asegura que perros entrenados pueden llegar a aprender unas 160 palabras, y que los más listos rozan las 200.
Según Coren hay tres tipos de inteligencia canina: la instintiva, la adaptativa y la de trabajo y obediencia. Las razas más dotadas para el aprendizaje son, por este orden, border collie, caniche, pastor alemán, golden retriever, doberman y labrador. Pero, en general, todos los perros tienen la capacidad de aprender.