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En general, para los humanos el buen tiempo es sinónimo de alegría y de optimismo, de ganas de hacer cosas y de aprovechar el día hasta el último suspiro. Las endorfinas se disparan y la felicidad parece no solo posible sino incluso fácil de conseguir. Pues bien, a los perros les pasa prácticamente lo mismo. En realidad a ellos les cuesta muy poco ver el lado bueno de la vida, pero quizás nos ven tan contentos en verano que no pueden evitar sentir lo mismo que nosotros. A estas alturas no te vamos a descubrir que nuestros peludos dominan la empatía mucho mejor que los que caminamos a dos patas.
Celebremos, pues, el verano como se merece. Pero sin bajar la guardia en lo que respecta a la seguridad y a la vida tranquila. Que fíjate tú la de gente que hay que no respeta las dos horas de rigor después de comer antes de bañarse. ¿Te lo puedes creer? ¿Es que ya nadie teme al terrible corte de digestión? De cualquier forma, hoy en HANNIKO te damos diez consejos que debes tener en cuenta para pasar un verano inolvidable con tu perro.
1. Agua
Lo primero de todo y lo más importante: que nunca le falte agua. A veces la rutina y la inercia pesan más que la lógica y no se nos ocurre que nuestro perro vaya a necesitar beber más agua los días de calor. Sin embargo, cuando empiece el aumento de la temperatura sea un hecho, comprueba su cuenco periódicamente e identifica cuál es su nuevo ritmo de hidratación.
Esto también debes tenerlo en cuenta en vuestros paseos. Acostúmbrate a llevar encima siempre un envase con agua. Una botella y un cuenco portátil son suficientes. Si por casualidad algún día lo olvidas, un truco de MacGyver es utilizar una bolsa de residuos (las que llevas para recoger sus cacas, vamos) como cuenco improvisado cuando pases por una fuente.
A algunos perros les encanta que les mojes el cuerpo cuando hace calor, a otros no tanto. Sea como sea, un poco de hidratación extra nunca nunca viene mal.
2. Pelo
Es muy habitual cuando llega el verano, toparnos con perros que acaban de ser rapados. Pobrecito, dicen sus dueños, es que con tanta mata estaba pasando un calor… Pues bien, desde aquí te decimos bien alto, con el mismo tono de un adolescente influenciado por la terrible publicidad: “¡ERROOOOOR!”
El pelo es un protector natural de los perros… también en verano. En esta época de calores extremos, el pelo les protege del calor ya que funciona como capa refrigerante. Al mismo tiempo actúa como protector solar, ya que la piel de los perros es muy sensible a los rayos solares y su epidermis puede sufrir daños si no está debidamente protegida.
La mejor idea, pues, no es rapar a tu perro en verano, sino cuidar bien su pelo: cepíllalo, deshazte del pelo muerto y quita los nudos.
3. Paseo
Lo dicho, es tiempo de pasar el mayor tiempo posible en la calle. Si tu perro es de los que tiene energía para dar y tomar, estarás esperando como agua de mayo que llegue el buen tiempo y que se desfogue fuera de casa. Pero quizá el calor hace que tu perro esté más cómodo en casa, o simplemente tiene cierta edad y ya no está para muchos trotes. Es decir, si aumentas el tiempo de los paseos, que sea algo “consensuado” con tu perro. Por lo menos, reflexiona sobre ello.
4. Parásitos
Precisamente el aumento del tiempo de los paseos, sumado a la posibilidad de explorar terrenos nuevos al tener más tiempo libre, e incluso las características propias de la temporada estival, son un caldo de cultivo magnífico para los parásitos. Pulgas, garrapatas, ácaros, etc., son típicos del verano. Infórmate sobre pastillas, pipetas, collares…, y también sobre la mejor forma de dar a tu perro baños preventivos.
5. Heridas
En verano las infecciones son grandes protagonistas de las consultas veterinarias. Algunas de ellas son consecuencia de heridas producidas en el fragor del disfrute perruno. Espinas en la almohadilla o en la pata, cortes con piedras, maderas picudas, ortigas… Son multitud las causas que pueden provocar heridas en tu perro, pero las principales son el aumento de actividad y el explorar terrenos desconocidos. Te aconsejamos examinar a tu perro después de una jornada especial de monte y, si es posible, llevar encima un botiquín de primeros auxilios con pinzas, desinfectante y antiséptico.
6. Coche
Todos estamos hartos de escuchar la misma noticia en verano: perros encerrados en coches mientras sus dueños están haciendo algún recado que acaban falleciendo por deshidratación. Es muy, pero que muy poco el tiempo que necesita un perro para deshidratarse dentro de un coche, sobre todo si el vehículo está expuesto a un calor excesivo. Por tanto, el consejo es sencillo y directo: nunca dejes a tu perro encerrado en tu coche. Y si por casualidad te encuentras a algún perro en esas condiciones y crees que está en peligro, llama a la Policía. Nos gustaría decirte eso de que puedes hacer una foto que te sirva como coartada y prueba legal para romper el cristal del vehículo, pero solo es un bulo que circula por internet.
7. Veneno
Es una cuestión de probabilidades. En verano pasamos más tiempo en la calle: tú, tu perro… y los desaprensivos que se dedican a envenenar a perros. Mantente siempre muy alerta con este tema, pero especialmente cuando tu perro y tú visitéis lugares nuevos y desconocidos.
8. OMNIS
Es decir, Objetos Molestos No Identificados. En verano se multiplican las posibilidades de que tu perro sufra las molestias de granos, flores, espigas, hierbas, insectos, etc., invadiendo gran parte de sus orificios: nariz, boca, ojos y, en especial, orejas. Haz a tu mascota una revisión periódica y, si notas los síntomas de estas molestias, tras un primer examen llévalo al veterinario, pues la cosa puede acabar también en infección.
9. Viajar
El verano es todavía hoy la época del año en la que más se viaja. Si quieres hacerlo con seguridad, echa un vistazo a este artículo de HANNIKO, donde te damos unos buenos consejos para viajar con tu perro con garantías.
10. Suscríbete
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