Recuerdo perfectamente el día que te encontré. Fui a la protectora de animales buscando un perro que me hiciera compañía y lo que encontré fue mucho más.
Siempre he pensado que el tiempo pone a cada uno en el sitio que le corresponde y desde ese día tuve claro que mi sitio era estar contigo. Recuerdo pasar varias veces mirando a los perros que estaban en las jaulas y sentirme horriblemente mal porque sabía que todos aquellos perros merecían ser adoptados y que un buen dueño los quisiera y se los llevaran a sus casas para quererlos incondicionalmente, pero tenía que elegir. ¿Cómo elegir? ¿Quien era yo para decir si tú si o si tú no? Y de repente allí estabas tú, pequeñita, inmóvil, intentando pasar desapercibida, sin ladrar y sin mirarme ni una sola vez. Y me enamoré de ti al instante. Supe que serías mi compañera perfecta y no me equivoqué. Desde ese día me has dado amor incondicional, amor auténtico y fidelidad absoluta. Estando juntas somos felices.
Ahora me toca decirte adiós mi querida Ani. Adiós y gracias por todo lo que me has dado durante estos 13 años. Gracias por tu compañía, gracias por tu amor incondicional, gracias por acompañarme día y noche, y sobre todo gracias por haberme hecho feliz.